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Hablemos de la dieta cetogénica

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Hablemos de la dieta cetogénica

Si alguna vez has buscado sobre dietas a seguir para perder peso, seguro que habrás oído hablar de la dieta cetogénica o lo que es lo mismo, la dieta keto.

Concretamente, se trata de una dieta que induce al cambio en el estado metabólico, produce una sensación de saciedad manteniendo en el organismo un déficit calórico.

¿En qué consiste la dieta cetogénica?

Esta dieta implica reducir los carbohidratos de forma drástica y reemplazarlos por grasas. Esta disminución expone al cuerpo a un estado metabólico llamado cetosis.

Cuando ocurre esto, el cuerpo se vuelve mucho más eficiente y consigue convertir toda la grasa en energía. Además, también convierte la grasa en cetonas dentro del hígado, lo que puede suministrar más energía al cerebro.

Las dietas cetogénicas pueden causar reducciones de azúcar en sangre y en los niveles de insulina. Esto, junto al incremento de cetonas, proporciona numerosos beneficios para la salud.

Un menú de dieta cetogénica

Para elaborar un menú de dieta cetogénica deberemos tener en cuenta alimentos que debemos consumir y otros que deberíamos evitar.

Alimentos que deben evitarse

Cualquier alimento alto en carbohidratos como: comidas azucaradas (refrescos, zumos de frutas, batidos, etc), cereales o féculas (productos derivados del trigo, arroz, pasta, etc), fruta (excepto las pequeñas porciones de frutos del bosque, como las fresas), judías o legumbres (guisantes, alubias rojas, lentejas, garbanzos, etc), hortalizas de raíz y tubérculos (patatas, batatas, zanahorias, etc), productos dietéticos o bajos en grasas, algunos condimentos o salsas, grasas saturadas (aceites refinados, la mayonesa, etc) y alcohol.

Alimentos cetogénicos a incluir en tu dieta

Es mejor que la dieta se base principalmente en comidas enteras con un sólo ingrediente: carne (carne roja, chuletón, jamón, salchichas, bacon, pollo y pavo), pescado graso (salmón, las truchas, el atún y la caballa), huevos (mejor ricos en omega 3 y pasteurizados), mantequilla y crema, queso (cheddar, de cabra, cremoso, azul o mozzarella), nueces y semillas (almendras, semillas de lino, semillas de calabaza, semillas de chía, etc), aceites saludables (aceite de oliva virgen extra, aceite de coco y aceite de aguacate), aguacate, verduras bajas en carbohidratos (verduras verdes, tomates, cebollas y pimientos, etc.) y condimentos (sal, pimienta, algunas hierbas y especias saludables).

Esta dieta no deben hacerla personas con enfermedades metabólicas descontroladas, como diabetes u obesidad. Existen limitaciones, afectando al rendimiento físico existiendo sensación de fatiga crónica o pudiendo afectar a la capacidad de concentración.

Si decidimos comenzar una dieta del tipo que sea, lo aconsejable es estar bien informados y ponernos en manos de un especialista de la nutrición, ya que no hacerlo bien nos puede ocasionar importantes problemas de salud.

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