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Riesgos laborales en las clínicas veterinarias

Salud laboral
Riesgos laborales en las clínicas veterinarias

Ser veterinario es el sueño de muchos cuando son pequeños. Es una profesión muy gratificante, bonita y que reconforta mucho cuando el trabajo está bien hecho, pues supone salvar o mejorar la vida de un ser vivo. Tratar en el día a día con mascotas que son la familia de otras personas es algo muy satisfactorio.

Pero trabajando en una clínica veterinaria no estás exento de sufrir ciertas lesiones o de, al menos, estar expuesto a algunos riesgos. Como en cualquier otra profesión, las clínicas veterinarias deben tener elaborado un plan de prevención de riesgos que ayude a evitar males mayores o que, al menos, ayude a reducir los daños.

¿Qué tipos de riesgos laborales existen en una clínica veterinaria?

No son pocos los tipos de riesgos a los que están sometidos los trabajadores de las clínicas veterinarias, aunque pocos de ellos suelen terminar causando lesiones graves. Los beneficios y la recompensa emocional de trabajar con animales es incomparable para muchos profesionales del sector, pero algunos de ellos no son conscientes de los riesgos hasta que empiezan a trabajar y los sufren. Contar con personal que haya recibido formación en PRL en el sector veterinario es de gran ayuda para reconocer estos riesgos y actuar de la manera más adecuada en caso de que lleguen a producirse.

Riesgos físicos

Seguramente estos sean los más obvios y los más fáciles de entender, pero existen muchos más de los que podrías imaginar.

Riesgos de seguridad

Las mascotas no son seres racionales como nosotros, y como es lógico pueden actuar y responder de manera impredecible ante situaciones que son tensas para ellos. Los mordiscos o los arañazos son habituales en cualquier consulta. Normalmente no acaban en un daño mayor, pero el riesgo siempre existe.

Riesgos ergonómicos

En este caso el riesgo puede venir por varias vertientes. Por un lado, los profesionales deben atender a pacientes de distintos tamaños y características, por lo que adaptar los equipos no siempre es fácil, por lo que pueden aparecer molestias o lesiones en la espalda o en las piernas.

Por otra parte, existen riesgos derivados del agarre y transporte de los animales, así como de su fuerza y del comportamiento que puedan tener. Un perro de gran tamaño que no se deja atender puede generar lesiones en el profesional que le está tratando.

Ruido

Quizás uno de los riesgos menores que pueden darse, pero que sí pueden afectar al bienestar de quienes trabajan en la clínica. Los ruidos se pueden generar de varias formas:

  • Ruido generado por la maquinaria utilizada para radiografías y otras técnicas.
  • Ruido generado por los animales como pueden ser los ladridos.

Estos ruidos pueden producir una degeneración auditiva en los profesionales del centro, pero el riesgo mayor radica en la posibilidad de que estos ruidos alteren el comportamiento de los animales que se encuentran en la clínica y estos puedan producir otros daños físicos.

Radiaciones

Las clínicas veterinarias están preparadas con equipos de radiología y otras tecnologías para comprobar al detalle las lesiones de los animales. Estos equipos generan en mayor o menor medida radiaciones no ionizantes (también ionizantes) que pueden causar trastornos en quienes las sufren si se exponen de manera continuada.

Riesgos biológicos

Este tipo de riesgos suelen provenir de la propia interacción con el animal. Un ejemplo claro es una mordedura que pueda transmitir una bacteria y provocar una infección.

También debes tener en cuenta que un veterinario tiene que manipular muestras biológicas que pueden estar contaminadas, tratar con residuos biológicos, e incluso manipular cadáveres y restos de autopsias. Todo esto puede generar agentes contaminantes perjudiciales para el ser humano.

Riesgos químicos

Para tratar con animales, hay que entender que son potenciales transmisores de enfermedades para los humanos y nosotros para ellos. Por ello es indispensable realizar limpiezas tras cada operación y cada consulta. Toda medida es poca para prevenir que puedan enfermar, pero estas medidas de limpieza se llevan a cabo con productos químicos que pueden ser contaminantes si no se utilizan como es debido.

Riesgos psicológicos

Cualquier persona que tenga una mascota sabe lo que supondría perderla. Para muchos, sus mascotas son miembros de su familia, y perderlos supone un golpe emocional muy fuerte. Ahora imagina que trabajas en una clínica veterinaria y tienes que ver morir cada día a la mascota de alguien, mascotas a las que llevas tratando durante mucho tiempo y a las que has cogido cariño. Por no hablar de la gran cantidad de eutanasias practicadas que se dan en este sector. Todas estas circunstancias pueden generar trastornos emocionales en los trabajadores, como puede ser el estrés, la ansiedad, síndrome de culpabilidad…

En MAS Prevención contamos con una larga experiencia ayudando a elaborar planes de prevención de riesgos laborales para cualquier sector, incluidas clínicas veterinarias. Contar con un servicio de reconocimientos médicos laborales como el nuestro es clave para lidiar con los daños que se pueden producir en cualquier clínica

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